La mordida cruzada es, sin duda, la más común de todas las maloclusiones dentales existentes. Además de influir en la estética, supone complicaciones en acciones cotidianas y vitales como masticar los alimentos, además de ocasionar daños importantes en las encías y en la dentadura.
La mordida cruzada, también conocida como mordida invertida, es fuente de serias molestias. El mejor momento para tratarla es a los 6 años, cuando el niño está en pleno proceso de crecimiento, para así evitar futuros problemas mandibulares.
Te invitamos a seguir conociendo más sobre este problema en este artículo de la Clínica Dental Crespí & Gandía. Obtendrás información muy interesante y útil.
Nos referimos a mordida cruzada cuando existe una relación incorrecta entre los huesos maxilares, esto es, el maxilar superior y la mandíbula y el encaje de los dientes.
Esta manera incorrecta de oclusión produce que las piezas dentales superiores se sitúen por detrás de las piezas dentales inferiores, generando un desnivel notable en la mordida.
Las personas que padecen de mordida cruzada se caracterizan por presentar un paladar ojival o estrecho, es decir, con una estructura ósea que debe ser ensanchada.
Esta maloclusión tiene varias consecuencias dañinas para la salud dental, entre ellas destacamos la dificultad al morder y masticar los alimentos, debido a que los dientes no tienen la fuerza adecuada para realizar dichas acciones.
Esto trae como resultado que las piezas adyacentes y las encías sean susceptibles de sufrir daños severos.
Lamentablemente no existe una sola clase de mordida cruzada, por lo que se hace una clasificación en función del sector bucal donde se ubica la malformación. A continuación las especificamos detalladamente:
Es importante señalar que la mordida cruzada, sea del tipo que sea, también se puede categorizar según su origen. Podemos hablar del crecimiento de los huesos o del de las piezas dentales a partir de:
Como hemos explicado anteriormente, la mordida cruzada tiene su origen en varios motivos. Podríamos decir que lo más destacable es el mal desarrollo óseo, porque los dientes de ambas arcadas no tienen contacto o no ocluyen como debiera ser.
En algunas ocasiones es difícil determinar el origen real de este tipo de maloclusión, ya que las alteraciones en el proceso de crecimiento de los huesos y dientes puede deberse a diferentes factores tales como:
En la mordida cruzada el componente genético tiene un gran peso en su aparición, predominando claramente en varias dolencias de la salud bucodental.
Igualmente, nuestra forma de vida y costumbres pueden llegar a tener influencia en el correcto desarrollo y crecimiento de los huesos mandibulares y dientes.
Los malos hábitos dentales que pueden darse en la niñez y en la adultez tienen también relación con la mordida cruzada, podemos mencionar la succión del dedo pulgar por parte de los bebés o colocar la lengua en posiciones inadecuadas, como presionar con ella los dientes sin darnos cuenta.
Así como todas las demás maloclusiones, la mordida cruzada se atiende con mayor facilidad y efectividad durante la infancia, en el momento en que el desarrollo maxilar no ha concluido del todo.
Es por esta razón que los ortodoncistas recomiendan llevar a los niños pequeños a consulta al cumplir 6 años de edad. Pero en caso de que los padres observen anomalías en el crecimiento o hábitos perjudiciales para su desarrollo como los antes mencionados, es mejor adelantar la primera cita del niño con el ortodoncista.
Para obtener el diagnóstico referente a esta maloclusión se debe acudir a un ortodoncista especializado. El tratamiento variará en función de la etapa en la cual es detectada la maloclusión:
Es preferible que la mordida cruzada en niños sea detectada en plena fase de crecimiento, esto es en la edad comprendida entre los 6 y 12 años.
En este caso mencionado, la resolución del problema pasa por un tratamiento de ortodoncia interceptiva. Se trata de un tipo de aparatología que debe guiar el correcto crecimiento de las bases óseas mandibulares y maxilares.
Concretamente, la mordida cruzada en los niños se trata con el disyuntor de Mc Namara, el cual es llamado también disyuntor de dos bandas. Su función es la de expandir el maxilar superior y ensanchar el paladar.
Realizar estos cambios durante el crecimiento se puede considerar fácil gracias a que los huesos de la cara están en pleno proceso de formación. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la fuerza aplicada también ha de estar muy controlada, ya que debemos evitar alteraciones inadecuadas que resultan todavía más difíciles de corregir con el paso del tiempo.
La situación se vuelve más compleja en el momento de diagnosticar la mordida cruzada en edades más avanzadas, puesto que una vez que los huesos de la cara han culminado su crecimiento se hace imposible moldearlos.
De esta manera, el ortodoncista debe evaluar el grado de gravedad de la mordida cruzada y las consecuencias que se podrían presentar en cada paciente.
Tras estudiar detenidamente el caso, el especialista procederá a determinar el tratamiento más apropiado.
Si se logra determinar el origen dentario de la mordida cruzada, entonces se puede abordar el problema a través de aparatos de ortodoncia.
El paciente tiene la opción de elegir entre varios tipos de ortodoncia: bien sean los brackets metálicos convencionales u otros más discretos, como los de zafiro u ortodoncia linguales. También existe la opción de realizar el tratamiento con alineadores transparentes Invisalign.
Los casos con mayor severidad requieren un abordaje diferente y más riguroso. Por ejemplo, en aquellas personas que tienen una grave desviación mandibular o poseen un paladar muy estrecho que les impide comer e incluso tragar con plena normalidad.
Esta situación obliga a que el ortodoncista debe combinar la ortodoncia convencional con un tratamiento quirúrgico de cirugía ortognática.
Con esta mencionada intervención se pueden modificar los huesos maxilares actuando sobre su tamaño y posición. Esto también contribuye a que la cara tenga una estructura armónica y repercute positivamente en la estética y funcionalidad de la sonrisa en el rostro.
El aspecto negativo de esta intervención mandibular es que este tipo de tratamiento supone un proceso de recuperación más largo, complejo y costoso que una simple ortodoncia. Además, hay que contar con el profesional más adecuado para ejecutar esta delicada cirugía.
Como hemos explicado en el artículo, la detección temprana de la mordida cruzada es clave para evitar males mayores en la adultez. En la Clínica Dental Crespí & Gandía estamos a tu completa disposición para resolver todas tus dudas e inconvenientes relacionados con esta maloclusión dental. Te invitamos a que nos visites y compruebes, junto a nuestros profesionales, la gran calidad y el mejor servicio que como clínica dental te ofrecemos.
¡Estamos a tu disposición!