La encía infectada es el estado inicial de las patologías gingivales que afectan a cada uno de los tejidos que soportan a una pieza dental. En la mayoría de los casos, el problema se debe a una limpieza deficiente o a una técnica de cepillado brusca e inadecuada.
La infección de encías es totalmente reversible y se puede resolver con una correcta eliminación del sarro. Sin embargo, cuando no se soluciona a tiempo, puede llegar a complicarse y volverse en una afección mucho más grave.
Si quieres saber más acerca de las encías infectadas o cómo prevenir que se propague y cause mayores complicaciones gingivales. ¡Sigue leyendo!
Uno de los factores perjudiciales que desencadena este problema es el deterioro de los tejidos blandos por la acumulación de placa, tanto en las piezas dentales, como en la línea de la encía o debajo de ella.
En general, esta dolencia emerge en aquellas zonas donde hay existencia de bolsas gingivales con mucha placa bacteriana o, por el contrario, al verse implicados ciertos factores. Entre estos factores destaca:
La sintomatología puede variar e, incluso, puede ir acompañada de otros indicadores, además del dolor constante e infección gingival al lateral de la pieza dental. Entre estos síntomas cabe destacar los siguientes:
En cambio, al tratarse de personas fumadoras, la infección tiende a diagnosticarse de manera tardía, puesto que la nicotina disminuye el flujo sanguíneo, ocasionando que el sangrado no pueda manifestarse hasta etapas mucho más avanzadas de la infección.
Por ello, lo esencial es que estas personas ejerzan una exhaustiva atención a esta zona, ya que tienen hasta tres veces más posibilidades de riesgo de padecer periodontitis.
El odontólogo analizará la situación gingival para recomendarte el tratamiento idóneo. Entre ellos, se pueden destacar los siguientes:
En primer lugar, se examinará el estado de los tejidos blandos y se emitirá la realización de radiografías. El fin es identificar y determinar la localización idónea y el grado de gravedad de dicha infección.
Tras esto, lo más frecuente es primero recetar un plan de medicamentos que abarquen antibióticos y antiinflamatorios, para frenar, de esta manera, la proliferación de los microbios e, incluso, disminuir la hinchazón.
Se procederá a efectuar un drenaje, haciendo un pequeño corte en el surco gingival o abriendo la bolsa periodontal. Una vez realizado, el paciente tendrá que planificar una visita posterior para efectuar un curetaje en la zona.
En esta fase, se higieniza manualmente por debajo o por encima de las encías, eliminando puntualmente aquellos agentes nocivos y cumpliendo las posteriores instrucciones de higienización.
En el caso de que la infección se haya esparcido por toda la zona gingival, debes saber que puede afectar a su paso a las orejas y al cuello. Aquí es necesario efectuar ciertas intervenciones gingivales.
Una vez finalizada las fases anteriores, el odontólogo programará una serie de consultas o citas de seguimiento, con el fin de controlar la posible aparición de recaídas infecciosas.
Si quieres evitar que las infecciones en las encías se compliquen, agravando sus síntomas, lo ideal es llevar a cabo las siguientes recomendaciones:
Cepíllate tres veces al día, incluyendo los horarios intermedios y la zona de la lengua. Además, es necesario complementar tu rutina de cepillado diario con utensilios odontológicos como: pinceles interdentales, colutorios e hilos dentales. Son fundamentales para que no quede ningún resto de suciedad en las zonas interproximales.
Acude con tu odontólogo de confianza cada seis meses en caso de no padecer ninguna patología nociva y cada tres meses según la severidad del caso. En estas consultas debes solicitar una profilaxis que elimine la placa dental que suele acumularse en la línea gingival.
Además, no te olvides de realizarte revisiones generales para detectar a tiempo la existencia de enfermedades autoinmunes que puedan estar afectando y favoreciendo el proceso infeccioso.
Evita ingerir de forma consecutiva cualquier tipo de dulces, zumos azucarados o chocolates, ya que poseen un potencial cariogénico elevado. En su defecto, opta por tomar o comer frutas como manzanas o peras.
Masticar alimentos, como apio o chicles sin azúcar, ayuda a eliminar los restos de comida y la placa de los dientes. También puedes lograr que tu aliento mejore y sea agradable.
El alcohol y el tabaco no solo generan manchas en las piezas dentales, sino que, también, desencadenan el desarrollo de patologías periodontales y dan lugar al desarrollo de cáncer oral, sequedad y erosión. Además, alteran la composición de la saliva, ocasionando el riesgo de traumatismos faciales.
En la Clínica Dental Crespí & Gandía contamos con especialistas altamente cualificados en las diversas áreas odontológicas como: diseño digital de sonrisa, ortodoncia infantil, estética dental, cirugía maxilofacial, entre otros.
Nuestros profesionales en constante formación te proporcionarán los tratamientos de vanguardia que más se adecuen a tus necesidades, solventando cualquier patología que estés padeciendo en la mayor brevedad posible.
Si tienes un problema bucodental, ya sea encías infectadas, caries, flemón dental, pérdidas dentales, etc. Solicita tu primera consulta gratuita en la Clínica Dental de Mallorca, y valoraremos tu caso de forma personalizada. Te esperamos.